MARÍA PÉREZ ACOSTA
de MARTÍNEZ DE LA ORDEN

 

            Nacida en Mazarrón, Murcia, estudia en su pueblo en el colegio de monjas que su padre había fundado, pasando después a Tarragona. Su relación con Villahermosa comienza en Valencia donde conoce a su futuro Marido don Pedro José Martínez de la Orden, con quien viaja a Villahermosa en periodos vacacionales. De formación autodidacta, es gran admiradora de Becquer y de los clásicos españoles. Sus padres y después su marido la animaron a escribir ya que tiene una especial destreza para plasmar y transmitir sus sentimientos en un estilo sencillo, elegante y preciso. En su obra aflora el tema religioso fruto de su educación católica y ambiente familiar. También es destacable el amor que le inspira el Mediterráneo. El poeta Rafael Duyos el instó a que publicara sus poemas y en 1977 vio la luz su primer poemario “imágenes del camino” obra prologada del también poeta José Vicente Alamá Martí. En los años siguientes publica sus “Remembranzas” (1978), y “Huellas” (1979), este último incluido en la colección Senia de la agrupación literaria Amigos de la Poesía de Valencia. En 1984 se presenta y obtiene el primer premio “flor natural” en el concurso Ciudad de Anna, con un poemario titulado “A pulso de sentimiento”. En el año 1988 edita “sinfonía”, dedicada a su hija Isabel y en 1990 insiste de nuevo con su obra “Hacia la luz”. Colabora asiduamente en algunas revistas especializadas como “El Cervantino” de Villarrobledo (Albacete) y “El Santuario” de Villahermosa (Ciudad Real). Sus poemas aparecen en las antologías del “Diccionario lírico de Segovia” de Luis Mínguez Orejanilla. Tras su último libro, Surcos, ha recopilado poemas inéditos de temática diversa con motivos de inspiración que van de las minas de Belchite a la Visita del Papa Juan Pablo II a Valencia, publicado en la prensa local. Y como no, también ha escrito a la Virgen de la Carrasca. A su gran obra poética hay que sumar su faceta no menos interesante de pintora.

    DÉJAME
    Déjame amarte como yo deseo.
    Déjame amarte en la quietud silente,
    En las horas que pasan sin retorno
    cuando el alma en los sueños se adormece.

    Déjame amarte cuando el pensamiento
    Bajo el aura de Dios crece y promete,
    Déjame amarte cuando los sentidos,
    Empapados de luz, a tí te lleguen,
    Déjame penetrar en tus pesares
    Y seré fortaleza que te aliente,
    Déjame ser orgullo de tenerte,
    Ser la esclava en tu vida que es mi vida,
    Ser la brisa que siga tu corriente
    Ser aurora marcando tus mañanas,
    La estrella que tu noche alumbre siempre,
    Senda de flores ser para tus pasos,
    Descanso del camino en las vertientes
    Resbaladizas de los sinsabores;
    La mano comprensiva que a tu frente
    Seque el sudor de todos los cansancios.

    Déjame ser palabra que promete,
    Déjame revivir en tu tristeza
    Una nueva ilusión que se te ofrece,
    Un despertar de nuevo a la esperanza,
    Ser fragancia del viento que te envuelve,
    Ser el eco que en él viene mecido
    Preludiando en canciones de presente
    Nuestra más bella y dulce sinfonía
    Que pudieron jamás soñar las mentes.

    Quiero ser tu ventura, ser tu guía,
    Ser el agua y la sed que te atormente.

    Déjame amarte como yo deseo,
    No me niegues la dicha de quererte.

    María Pérez Acosta

    Libros publicados:

    Surcos. Valencia,1994
    Hacia la luz, poemas,1990
    Sinfonía, poemas. Valencia, 1988
    Huellas. Valencia, 1979
    Remembranzas. Valencia,1978
    Imágenes del camino. Valencia, 1977